miércoles, 7 de enero de 2009
La Energía de las maravillas y el 2009
Es increible la cantidad de promesas que solemos hacer los seres humanos al umbral del Fin de Año, acompañamos esa despedida con expresiones como: "por fin", "que se vaya y no regrese" "ya viene el año nuevo" "ya falta poco", y otras tantas que calificaré como "etc, etc, etc". Sin embargo llega el 1, el 2...y luego la primera semana, como hoy, dia 7, la recién estrenada primera semana del año y nos sentimos como en una resaca después de una gran fiesta, la energía está bajísima, y el arranque del año nuevo cuesta, Y COMO CUESTA.
Más allá de las promesas, compromisos, deseos que tenemos con respecto a este nuevo año el comienzo siempre se hace pesado, cargado de incertidumbre, algunos lo viven con un poco de susto, y otros con un poco de aburrimiento. En lo particular nunca había estado tan llena de planes, tan llena de iniciativas, tan esperando LO INESPERADO, pero debo confesar que me siento cansada. Ayer cuando fui a correr al parque entendí lo que me sucedía, porque no es posible que tanto se añore algo para después sentirse "un poco cansada", y justo cuando se necesita estar con mas bríos. Cuando uno corre, sobre todo con calor, la primera vuelta es la más difícil, las piernas se ponen pesadas, la respiración no alcanza aún un ritmo apropiado y a mitad de camino uno empieza a negociar con el recorrido que nos habíamos propuesto. Cuando llegué al parque quería superar la meta anterior que había sido de dos vueltas, me dije a mi misma: "esta vez llego a tres"; sin embargo al arrancar, en ese punto que todo se pone tan pesado la negociación comenzó: "bueno, si hago dos vueltas, no está mal, así le voy agarrando el fondo". Luego, cuando ya haces la primera vuelta, sucede el milagrito, le agarraste el ritmo al trote, la respiración se equilibra, y los supuestos dolores de piernas, entre otros, van pasando, cuando cumplí la segunda vuelta sabía perfectamente que podía alcanzar la meta propuesta: "voy por la tercera" y cuando dí la tercera, casi alcanzo la cuarta; es más podría haberla dado pero era el momento de dosificar energías. Pues así es el comienzo de año, como esa primera vuelta trotando, como los primeros 20 minutos de una clase de aeróbicos de alto impacto, como los primeros minutos después del calentamiento de una clase fuerte de spining, hay un punto de resistencia, muy cercano a la rendición, donde quieres convencerte que si lo dejas hasta ahí estará bien, tu cuerpo te lo pide, pero si empujas un poco mas, solo un poco más, logras la hora completa, las tres vueltas al parque, el fin de la meta propuesta con una gran satisfacción.
En estos momentos estamos en esa auto negociación, moviéndonos solo en el terreno de lo "conocido", nuestro Ego nos dice que dejemos las cosas hasta ahí, sin ir más allá de lo propuesto, hemos vivido tantos años viejos, tantos años nuevos, pero hay que empujar un poco mas, es muy poco, porque eso que nos quiere retener es la vieja energía del pasado, de lo que ya fue, es la invasión de los recuerdos, es la certidumbre de lo que sucedió, ante la incertidumbre de lo que va a suceder, es rutina frente a frente con la FE; y en ese punto milimétrico una vocecita nos dice "déjalo así, que así estás bien"; y no, así no estás bien, así estás igual, y estar igual es estar como antes, un estado que solo existe para nuestro Ego, para nuestra mente temerosa.
Mientras mi vida va girando de grado en grado, arrancando con esta nueva energía, recuerdo lo que le sucedió a Alicia en el cuento ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS, siguió al conejo blanco que estaba muy apurado, y allí, al caer por la madriguera empezó su gran sueño, entró al país de las Maravillas. En la película Matrix, también Morpheus hace referencia a este cuento tan peculiar cuando le da a escoger a Neo entre la píldora azul y la roja, una lo regresaría a su cama y creería lo que querría creer sobre lo sucedido, la otra lo llevaría hasta el final de la madriguera del conejo blanco, justo donde nuestras maravillas se hacen realidad.
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