domingo, 8 de marzo de 2009

El teatro y mis mundos


La primera entrada cuando abrí este blog fue una explicación del porque lo llamaba EL JARDIN PELADO, en honor a una obra de teatro que escribí en el año 2002. Recuerdo que la historia, la idea, o la inspiración llegó a mi un viernes en la noche, los días previos me sentía inquieta, sin poder dormir, los pensamientos o ideas se atropellaban en mi cabeza y me sentía en un estado "ausente" ya más allá de lo que era común en mi comportamiento; era como si los personajes estuvieran en plena sala de partos y poco a poco ocupaban mi espacio práctico hasta apoderarse por completo del mental. Ese viernes cerca de las 7 de la tarde me senté detrás de la computadora, o debo decir: frente a la computadora. Jamás me siento a escribir hasta que dentro de mi una voz me dice que ha llegado el momento de materializar todas las ideas, puedo pasar horas, días completos de completa contemplación como si un rompecabezas se estuviera armando dentro de mi, y así llega un momento en que puedo decir exactamente de que trata el dibujo, la emoción es tan fuerte que mi cuerpo se pone al servicio de la inspiración, y es como si los personajes estuvieran tan vivos que me van dictando sus vidas casi de manera desenfrenada. Al sentarme a escribir El Jardín Pelado, no pude levantarme de la silla hasta que puse la palabra fin, era el primer borrador, era como si me fuera vaciando de todas esas vidas: la de El, Ella, Sofía, y Jardín. El agotamiento que sentí al terminar esa primera versión va más allá del esfuerzo físico, es casi una impresion postoperatoria; además, sabía que no podría acostarme a dormir hasta que llegara a la última página. En ese momento también pude sentir el amor al teatro, para mi, un sinónimo de libertad de creación donde no hay palabras más o palabras menos. Desde ese día hasta ahora El Jardín Pelado ha pasado varias revisiones, pero siempre conservando la inspiración arrolladora de esa noche del 2002.

Escribir para mi es mucho más que pasión, es respirar, es sentir, es vivir el sentimiento o emoción más sordida, hasta la más sublime. Cuando ví la película LA VIDA DE LOS OTROS, se me ocurrió hacer un planteamiento hipotético basándome en un episodio de la película, a un director de teatro se le prohíbe volver a dirigir y el se suicida. "Si eso me pasara a mi, si existiera un poder que pudiera prohibirme escribir, ¿qué haría?" No pude concluir nada, no había suficiente "imaginación" en mi para revisar mentalmente un escenario posible a tal planteamiento; me fui por la tangente, o por las ramas: "¿cómo pueden prohibirle a alguien escribir? es imposible, dirigir es diferente...o es que si se podría?" Ni siquiera con esa autodefensa podía pasearme por ese supuesto escenario maquiavélico.

He hecho muchas cosas hasta esta primera parte de mi vida, me gusta dirigir, me gusta enseñar, esto último lo disfruto mucho, me encanta conversar, hice muchos programas de radio cuando era más activa en la lucha contra el SIDA. La gente es mi pasión, y al mismo tiempo soy una hermitaña para muchos. Lo que pasa es que al escribir soy tan libre que he recorrido los mundos más oscuros, y los más luminosos, he amado con la mayor intensidad, y he odiado. He perdonado las mayores ofensas, y también me he vengado, todo a través de mis historias y mis personajes; lo mejor siempre está por venir, siempre hay una idea más, un personaje que surge, un mensaje, un malo, una buena, uno regular, otro normalito...muchos mundos, muchas vidas.

Si me prohibieran escribir, si existiera ese poder que realmene pudiera impedirlo, ¿qué haría? Quizás la pregunta sea otra y no esta, quizás la pregunta fuera: ¿Quien sería yo si algo así sucediera? Debe ser por eso, porque esa es la pregunta, que desde que vi esa película, La Vida de los Otros, hasta el sol de hoy, no he podido responderla...

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