lunes, 27 de octubre de 2008

En compañía de Maximiliano Dávila, el héroe


Aún recuerdo la primera vez que lo vi, fue en medio de la oscuridad, hacía frío y había llovido casi todo el día; nunca he sido muy amiga de lo campestre, para mi funciona eso de: un ratico y listo...Mi preferencia se inclina más hacia el mar, el mar me habla, me seduce, le temo, me controla, tiene poder sobre mi, me hace sentir mil y una emoción indescriptible, quizás por eso nunca aprendí a nadar...Pero bueno, no puedo desviarme, el tema es Maximiliano Dávila. El caso es que ese día, y de la manera en que se acercó, me sentí tranquila cuando me monté en el carro y me alejé de esa casa. Podría decir sin temor a equivocarme que si lo volviera a ver no lo reconocería, además ¿para qué quería reconocerlo? Luego, mucho tiempo después, volvi a verlo, tenía bronconeumonía, y su pronóstico era poco alentador, lo recuerdo triste, cabizbajo, indefenso acostado frente a la chimenea, con una tos seca que delataba su precario estado de salud. Hasta que finalmente se acercó este momento, el que estoy viviendo, y mi amiga me preguntó: ¿podrías cuidar de Maximiliano Dávila? y yo lo miraba, estaba en su casa, ya se había recuperado de la bronconeumonia pero seguía tomando medicamentos. Mi respuesta fue parca: bueno. El primer día él me miraba, yo lo miraba, nuestra relación se limitaba a lo cotidiano: toma la comida, no ensucies, es hora de tus medicamentos, etc...pero luego, otro día, me miró a través de la ventana con esos ojitos divinos y tristes, me pedía que estuviera con él, me conquistó en fracciones de segundos, y de ahí en adelante todo cambió, es tan notoria nuestra relación que hasta los vecinos me dicen si estoy consciente de la tristeza que le voy a causar a Maximiliano cuando lo deje en poco tiempo, por cierto, ya lo llamo Maxi y a él le encanta. No quiero pensar en ese día, pero seguramente yo me sentiré más triste. ¿Quien no se enamora de ese tipazo atlético de raza boxer, con las mejillas caidas, orejitas caidas y mirada de que siempre te necesita? Ese es Maxi, un perro guardian de una finca, con prontuario de mal comportamiento, con amenazas de quienes han sido víctimas de sus dientes, pero que entre él y yo nuestro mundo es de rosas!!!
Cuando está afuera, en el terreno, me mira por las ventanas y se acuesta cerca, siempre cerca, cuando lo ignoro, llora para que lo mire aunque sea un momento, y si lo dejo entrar, pues la felicidad total. El otro día quise darle un baño, se había escapado y tuvo un encuentro directo con posta de vaca, creo que de más está contar que quien terminó con más agua encima, fui yo, y él, igual de apestoso! Pero no importa, ojala muchas personas solo fueran apestosas a nuestro olfato, y no a nuestros sentimientos. Prefiero mil veces a Maxi, tan sincero, tan tierno, tan protector...A propósito de esto, tiene un amigo de esos que en el terreno humano se le llamaría amigote, un perro al que hay que tenerle miedo, es terrible y feroz; el caso es que anoche quiso entrar a la casa, golpeaba desde afuera porque sabía que Max estaba adentro. Yo, media dormida, dándomela de valiente, salí dizque a averiguar que era lo que pasaba, quien tenía esa urgencia que había enloquecido a Max y no dejaba de golpear una y otra vez la puerta, yo no me imaginaba que era ese hijo de perra, al escuchar tal ruido a esas horas llegué a pensar que en la casa de la mamá de mi amiga, quien vive en el mismo terreno de la finca, había sucedido algo lamentable y necesitaban de mi ayuda; pero no, nada de eso, se trataba del amigote del barrio el cual decidió hacer una visita nocturna, así que cuando abrí la puerta para saber que sucedía el susodicho se me echó encima, y en ese momento sucedió el tema de esta entrada:¡Max me salvó!, increible, ese es su pana del alma, por el cual lloraba y golpeaba de su lado la puerta para salir a jugar con él, pero en cuanto vio que me estaba atacando, Max lo puso en su sitio; debe ser por eso que una vez alguien escribió: CUANTO MAS CONOZCO A LOS HOMBRES, MÁS QUIERO A MI PERRO...y también debe ser por eso que muchos de la raza que va en dos patas, son unos soberanos perros; sin embargo Max, ¡él es todo un héroe!!!

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