Desde hace mucho me ha rondado la idea por mi mente de abrir un blog que pudiera ser una puerta hacia dentro de cada quien que en el quiera participar; generalmente, la gente, las personas, insisten en que "tienen mucho que decir", como si el resto de la humanidad se estuviera perdiendo de la clave mágica de algún tesoro perdido que se encuentra "afuera" y que estos sedientos de palabras parecen conocer mejor que cualquiera; siempre me he cuidado de los habladores o habladoras, y siempre me ha cautivado el silencio, si este silencio no precede el verbo entonces nos encontramos con lo que en Venezuela llaman "los habladores de paja", y bueno, mas allá de que esa paja parezca interesante o no, parezca profunda o no, parezca que es sincera o no, paja es paja...¿o no? Puedo estar equivocada, quien sabe...
Si algo he aprendido es que el oyente siente diferente al hablador, digo, al hablante, y que generalmente el hablante poco sabe de lo que está sintiendo el oyente cuando habla, a su vez, el oyente cree que lo diría todo igual, aunque lo que sucede de verdad, verdad, es que las motivaciones de los que intervienen en la supuesta comunicación pueden ser tan diferentes que todo puede convertirse en una ilusión que cada cual interpretará a su manera y muy lejos quedará el entendimiento. Hace tiempo un astrólogo al que acudí, de hecho, el primer astrólogo al que acudí: Biaggio Giacomo, me dijo que el mundo, la humanidad tiene dos karmas: la comunicación y la soledad; recuerdo el ejemplo que me dió: "la gente habla en el baño sobre la cocina, en la cocina sobre el dormitorio, lo del comedor lo habla en la cocina, y así sucesivamente..." Cada uno le ha dado su propia definición a estos conceptos, y cada uno puede estar en lo cierto y también equivocado, porque siempre se obvia "algo" un algo casi imposible de definir pero que es el que hace la diferencia entre que se esté comunicando de verdad, o se esté en la presencia de un soliloquio servido en bandeja de plata a nuestra querida vanidad.
A mi me gusta escribir, porque guardo silencio, también me gusta hablar porque no todo es silencio, y aquí confieso que mis mejores conversaciones han sido con mis seres imaginarios, más sabios y auténticos que muchos seres reales que comparten conmigo cada día directa o indirectamente. Lo invisible siempre me dirá más que lo visible, los ojos siempre me dirán más que muchas palabras, y lo más importante, nunca, jamás, me han seducido los personajes modernos "nueva era" la que está tan de moda por estos días, todas esas personas que leen tantos libros interesantes que están al alcance de todos y se hacen llamar "discipulos de tal o cual autor...", hay tantos que se los creen, a lo mejor empezando por ellos mismos. Pero quien me enseñó justamente que esto es solo una pantalla con un propósito algunas veces desconocido, fue una gran amiga, una con la más interesante colección de libros que he visto, y conocedora de las "palabras" de casi todos ellos, sin embargo, el día que hizo esta pregunta supe la gran diferencia: "¿Qué es ser inteligente? Tomar lo que sabes y sacar tus propias conclusiones..." Es tan fácil repetir palabras "mágicas" sobre todo para tener amenas conversaciones, el gran error en todo esto es que nuestro querido Ego querrá inmediatamente sacar un juicio, y en el 99.9% de las veces, ese juicio es un espejismo, por eso quienes nos parecen "increibles, fantásticos, únicos, no puedo creer que tenga tanta empatía con..., nunca antes me había pasado..." etc, etc... con el tiempo, el sabio tiempo, nos golpean y aparece el personaje Nelson, de la serie de los Simpson, se nos acerca, nos señala y nos dice: JA, JA...con ese tonito de: caíste por...completen ustedes la oración!
Sin embargo es bueno vivir esto, es bueno porque luego se le llama experiencia...pero también será muy malo si volvemos a repetir la misma historia pero con diferentes personajes, y otro escenario ¿Adivinen qué? eso pasa...pasa mucho, muchísimo...¡Es mejor el silencio, es mejor hacia dentro, es mucho mejor muchas veces ser el oyente que el hablador!
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